(cheun rume)

 

20110501

Éxodo

Mi abuela decía que ella se vino el año 34. Mi mamá tenía 9 años y era la mayor. Tenía un hermano un año menor y hasta hoy son muy unidos. Se quieren mucho porque tuvieron que ayudar a mi abuela a cuidar a los dos menores. La guagua tenía 1 ó 2 años cuando se vinieron. Y el otro cuatro o algo así. Hoy mi mamá va a cumplir 86. Nació el 25.

Se vinieron porque mi abuelo se fue para Argentina. O eso decía ella. Como vivían allá en el sur, era fácil pasarse a Argentina. Eran de Quilaco. Eso es donde nace el Biobío a un par de leguas de las nieves eternas. Allá mi abuela estaba casada con mi abuelo y tenía a los cuatro críos. Un día mi abuelo se fue para Argentina y no volvió más. ¡Nunca más se supo de él! Seguro que se fue con alguna más jovencita. Igual de mapuche que mi abuela, pero joven. Entonces mi abuela no sabía qué hacer con los cuatro cabros que tenía que cuidar.

Capaz que el viejo no se haya ido con otra. Ella sólo decía que se había ido a Argentina. Quizás se murió en un cerro o de frío.

Ellas eran nueve. Todas mujeres, mi abuela y sus hermanas. A dos de sus hermanas les había ido bien parece. Una vivía en Santiago y no sé qué hacía. Así me lo contó ella. Su otra hermana vivía en Talcahuano. Era casada con un carabinero, así que le iba bien. Entonces cuando se le fue el marido, mi abuela le escribió a sus dos hermanas. Y las dos le dijeron que se fueran a vivir con ellos. O sea mi abuela y los niños, mi mami, a vivir donde la tía de Santiago o de Talcahuano. Las dos le dijeron lo mismo.

Y como mi abuela no tenía qué otra cosa hacer, hizo las maletas y se subió con los cuatro niños al tren. No sé si lo habrán tomado en Quilaco. O en Santa Bárbara. La cosa es que se subieron al tren como para irse para siempre. Quizás con cuántas cosas andaba la señora. No debieron ser muchas de cualquier modo. Partieron los cinco en tren para el norte. ¿Te acuerdas que había que hacer trasbordo en San Rosendo?

Mi abuela en realidad no sabía bien qué iba a hacer. Yo creo que subió al tren de puro enojada. Parece que quería irse a Santiago con la otra hermana. Pero tampoco lo tenía muy claro. Le era más o menos lo mismo. Entonces en San Rosendo se tuvo que cambiar de tren. Porque el que venía desde el sur terminaba ahí. Pensando que se iba para Santiago, tomó el tren para Talcahuano y no se dio cuenta sino hasta que llegó al puerto. Con toda la chiquillada, llegó sola a Talcahuano y no sabía bien dónde vivía su hermana casada con el carabinero.

La tuvo que salir a buscar. Cuando la pilló, su hermana le cedió una casita en el patio de atrás de la de ella, para que viviera con los niños. Y ahí se crió mi mami, por error en Talcahuano, cuidando a sus hermanos chicos y sin nunca más saber del padre.

Quizás qué fue del viejo. Capaz que volvió a Quilaco a buscar a su mujer y no la encontró. Le habrán dicho que se fue para Santiago y se perdieron para siempre. Hubiera sabido. Pequeño detalle el de equivocarse de tren. Así terminamos todos nosotros acá en vez de en Quilaco, o de en Santiago. Por eso debe ser que comemos tantos piñones.

Ésa es la historia de cómo se pobló este país.

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