(cheun rume)

 

20100407

Adiós Catina

Du hast keinen Eßvorrat mit“, sagte er. „Ich brauche keinen“, sagte ich, „die Reise ist so lang, daß ich verhungern muß, wenn ich auf dem Weg nichts bekomme. Kein Eßvorrat kann mich retten. Es ist ja zum Glück eine wahrhaft ungeheure Reise.“

Kafka, Der Aufbruch

Adiós Catina

te habría dicho sonriente
por esa cerveza que no tomamos.
Entre la niebla que vuelve a rodearnos,
con el frío que vuelve a helar los huesos,
nos habríamos despedido con un abrazo tierno
y un beso.
De esperanza.
De amistad profunda,
tejida con más que el crujir de la tierra.
Porque te vas de una ciudad nueva,
condenada a perpetua juventud.
¡El epicentro de la república!
Una ciudad mustia,
sin el sol tibio ni las calles llenas de lluvia.
Tu visita se hará eterna en tus labios alemanes
en las gotas que se roban el azul de tus ojos.
Se hará infinita en tus largos pasos y en el suelo que alimentes.
Tu visita se hará tan profunda como nuestro dolor.

Adiós Catina
te habría dicho optimista.
Hasta luego en nombre de tu exigua patria,
la que dejas en una hora triste,
pero que,
te prometo con el pecho abierto,
te juro desnudo y furioso,
sabremos reconstruir para hacer honor a tu blanca sonrisa.

1 comentario:

Sofi dijo...

una sola palabra:


"Hermoso"