(cheun rume)

 

20111120

Mercado Laboral

Se puso en blanco mi mente. No fue esto lo que yo busqué. Se puso en blanco mi memoria. No fue esto lo que yo busqué.

Mis dedos erráticos por el teclado, olvidaron ya su forma cósmica de bailar. Mis ideas desordenadas, mis pensamientos fulminantes, se fundieron en un solo bloque de racionalidad. ¿Y mis lágrimas llenas de sangre? ¿Y mis praderas distantes?

Recuerdo tu sonrisa en mi oído. Sobre la hierba suave, al calor del verano. Recuerdo la deslumbrante y luminosa danza de ideas que veía tras tus ojos. Recuerdo por sobre todo esas explosiones pirotécnicas que, con el sol, brillaban en las gotas diáfanas de la primavera.

Pero todo cuanto recuerdo, no es más que la consecuencia de lo que debía suceder. No es futuro ni pasado, sino subjuntivo puro. Y siendo al mismo tiempo lo que no es, mi mente no mantuvo la policromía en su forma primordial. La automatizó, la clasificó, la parceló, la esquematizó. Convirtiendo así la imaginación en una herramienta, un arma, que se alejó de su esencia pétrea. La métrica sustituyó a la creación, sustituyendo también al hombre por el autómata laboral.

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